Boris Yeltsin, supera sin contratiempos una reunión del Parlamento ruso
El Parlamento ruso, reunido ayer en sesión extraordinaria -oficialmente para prolongar el estado de emergencia en Osetia del Norte e Ingushetia, pero extraoficialmente para debatir la torpe reforma económica que ha anulado los billetes emitidos antes de 1993 y para examinar la reciente destitución del ministro de Seguridad, Víkor Baránnikov-, decidió abandonar a su suerte a Baránnikov. Prefirió introducir modificaciones a la Ley de Gobierno que dan al Parlamento un mayor control a la hora de designar tanto al titular de Seguridad como a los de Defensa, Exteriores e Interior. El presidente Borís Yeltsin, que podría haberse encontrado con un grave problema político, vio pasar sin sobresaltos la reunión.
Los diputados votaron, en primera lectura, a favor de otorgar sólo siete días de plazo, en lugar de tres meses, al presidente para que presente al Parlamento el candidato que debe reemplazar al correspondiente ministro destituido y de prohibir que el presidente pueda presentar por segunda vez a un candidato rechazado. También dictaminaron que, mientras tanto, al frente del ministerio estará el primer viceministro. Con esto, queda anulada la posibilidad que antes tenía el presidente de nombrar ministro en funciones al candidato rechazado por el Parlamento.Con anterioridad, la Mesa del Parlamento había declarado nulo el decreto con el que Yeltsin cesó a Baránnikov. Sin embargo, la Constitución exige el acuerdo del Legislativo sólo a la hora de nombrar a uno de los cuatro ministros mencionados, pero no para destituirlos. La decisión de la Mesa no tenía valor jurídico, y así lo insinuó el presidente del Tribunal Constitucional, Valeri Zorkin.
Los legisladores ayer tampoco entraron a discutir la re forma monetaria reciente mente introducida por el Banco Central, pero decidieron exigir al presidente de esta institución, Víktor Gueráshchenko, que la próxima semana comparezca ante el Parlamento a dar explicaciones. En esa sesión también será requerida la presencia del ministro de Finanzas, Borís Fiódorov.
Enfermedad del presidente
La reunión se celebró en una atmósfera relativamnete viciada por el hipotético empeoramiento en el estado de salud del presidente, que habría llevado a la dirección del movimiento reformista Rusia Democrática a debatir esta semana el problema del relevo en las altas esferas del poder, informó ayer Rossúskaya Gazeta, órgano oficial del Parlamento ruso, que basaba su información en fuentes anónimas. Según el rotativo, los dirigentes de Rusia Democrática coincidieron en' la necesidad de "impedir a toda costa la creación de una comisión médica gubernamental para determinar el estado de salud del presidente". Sin embargo, el sacerdote Glev Yakunin, uno de los líderes de Rusia Democrática, desmintió a la agencia Efe los rumores acerca de esa enfermedad de Yeltsin, que calificó como "una falsedad absoluta".Ruslán Jasbulátov, jefe del Parlamento, lanzó el viernes por la televisión un virulento ataque contra Rusia Democrática, acusándola de ser la única fuerza que se opone terminantemente a un consenso en la sociedad.
El Parlamento ruso también ratificó el Tratado de Seguridad Colectiva de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), firmado, el 15 de mayo de 1992, presionado por los últimos acontecimientos en la frontera entre Tayikistán (signatario del Tratado) y Afganistán. La tensión en esta zona se redujo cuando el portavoz de la presidencia afgana, Abdul Aziz Morad, anunció anoche que el enviado especial de Yeltsin Evgueni Primakov se había comprometido, en el transcurso de una visita a Kabul, a poner fin a los bombardeos contra territorio afgano.
Los enfrentamientos que han durado toda la semana y Kabul ha acusado a los rusos de bombardear una serie de aldeas en el Badajshán afgano. Radio Kabul informó ayer que ocho aviones lanzaron bombas en el distrito de Shahr-e-Bozorg, donde provocaron la muerte a 20 personas.
Kabul afirma que ya son más de 300 los afganos que han resultado heridos o muertos a consecuencia de los ataques de artillería lanzados por los rusos en respuesta a las incursiones que realiza la guerrilla tayika desde Afganistán.
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