El perro sin dentadura

"Unprofor es como un perro sin dentadura. Ladra, pero no muerde". Así definió un representante de una organización humanitaria a la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas desplegada en la antigua Yugoslavia, obligada a someterse a los dictámenes del último jefecillo del último puesto de control en una carretera perdida y polvorienta en el interior de Bosnia.El episodio se repitió esta semana, a 22 kilómetros de Jablanica, cuando el convoy de cuatro camiones y casi 60 toneladas de alimentos, escoltado por cuatro blindados españoles, llegó al último puesto de control organizado en virtud de los pactos firmados entre el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Unprofor, el Consejo de Defensa Croata (HVO) y la Armija bosnia.

Era el primer convoy autorizado a entrar en Jablanica después de seis semanas sin que la población de 19.000 personas una buena parte de ellos desplazados, recibiera ayuda humanitaria. De nada sirvieron los intentos contemporizadores de los mandos españoles. Todo fue inútil. El convoy tuvo que desandar el camino que, a través de pistas infernales de montaña, había tardado más de cuatro horas en recorrer.