Asignatura pendiente
Les escribo en relación con el artículo Intelectuales y artistas españoles se reprochan su pasividad ante el avance del racismo, publicado en su periódico el domingo día 29 de noviembre de 1992.Si de algo sirve mi opinión, en general, estoy muy de acuerdo con el citado artículo, y en especial con el referente a Lázaro Cárdenas y nuestros hermanos americanos. España, aunque nos cueste aceptarlo, es un país racista. Hay que diferenciar entre el que es ajeno al trato directo o indirecto con el inmigrante -que, claro está, desde su punto de vista no es racista- y el que tiene un mínimo punto de conexión con el tema. Si uno es observador, se dará cuenta de que el que mínimamente tiene algo que perder (¿ ... ?) mira con muy malos ojos al extranjero -o a su vecino-, sea del color que sea. Miedos, envidias y temores, unidos a un absurdo complejo de superioridad, conforman una peligrosa amalgama, cuyas referencias históricas son muy bien conocidas.
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