Los británicos creen que Carlos se divorciará y renunciara al trono

El príncipe Carlos y Diana salieron ayer en coches separados del palacio de Kensington, donde pasaron juntos, paradójicamente, la primera noche en su nueva condición como cónyuges oficialmente separados. La prensa británica duda de que Diana llegue a ceñir la corona y los expertos vaticinan que la pareja se separará dentro de dos años y que Carlos renunciará al trono.

"Se queda con la custodia de los niños, recibirá dinero de la reina, mantendrá su propia corte e, incluso, su propio palacio", el palacio londinense de Kensington decía ayer el diario sensacionalista The Sun, para enfatizar el porqué de la presunta victoria de Diana, pero, al mismo tiempo, ese y otros rotativos manifestaban sus dudas sobre las palabras del primer ministro, John Major, de que la separación no implica una crisis constitucional y que Diana podría llegar a ser coronada reina de Inglaterra a su debido tiempo.Los miembros del Parlamento no recibieron con agrado la posibilidad de tener como representantes del Estado a una pareja que lleva vidas completamente separadas. "La monarquía no sobrevivirá al nombramiento de una reina separada del rey", afirmó el parlamentario conservador, Tony Marlow. "Desde luego, no existe ningún impedimento constitucional, pero se requiere un buen grado de imaginación para verse inmerso en esta situación", señaló el lord John de Fawsley, uno de los más acreditados monarquistas del reino.

Crisis constitucional

Para un buen número de expertos en temas monárquicos, la separación del heredero a la corona, anunciada oficialmente con solemne gravedad el miércoles, tan sólo retrasa la inevitable crisis constitucional. Harold Brooks-Baker, de la editorial Burke, experta en cuestiones monárquicas, interpreta la trascendental noticia del palacio de Buckingham como el primer paso hacia el anuncio del divorcio y posible renuncia del príncipe Carlos en favor de su hijo Guillermo. "En unos cuantos meses (dos años, por lo menos, según establece la ley) se anunciarán los planes para el divorcio. Y, posiblemente, el príncipe de Gales dirá que no quiere ser rey", señaló Brooks-Baker.

Los responsables de la Iglesia anglicana señalaron que la separación no impide el nombramiento de Carlos de Inglaterra como cabeza espiritual del Estado, función que corresponde automáticamente a los monarcas ingleses. "Desde un punto de vista legal, el estatus matrimonial no afecta a la sucesión al trono y al título de gobernador supremo de la Iglesia", dijo el arzobispo de York. Sin embargo, según un sondeo realizado por una emisora de radio, a los ingleses no les gustaría contar con unos reyes alejados de las costumbres familiares tradicionales. El divorcio ha sido la opción tomada por la princesa Ana quien, dos años después de separarse del capitán Mark Philips, vuelve a casarse mañana. Algunos comentaristas sugieren el nombre de Ana, la única hija de la reina Isabel, como candidata más idónea a la regencia hasta que Guillermo alcance la mayoría de edad.