Más de 225 muertos en la India tras destruir los hindúes una mezquíta
Los extremistas hindúes que ocuparon la ciudad india de Ayodhya y destruyeron el domingo una mezquita comenzaron ayer a levantar un templo sobre las ruinas del edificio sagrado musulmán. Los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes en diversas partes de la India causados por este incidente han producido ya más de 225 muertos. Ayer mismo la policía mató a tiros a 40 personas en Bombay e hirió a otros 200.
El responsable de la policía de Bombay dijo que sus hombres tuvieron que disparar en varias partes de la ciudad contra las masas airadas que atacaban autobuses y establecimientos comerciales. El riesgo de que la violencia se extienda por todo el país es extremo. El ministro del Interior, Shankarrao Chavan, manifestó que las fuerzas de seguridad tenían orden de ocupar Ayodhya "e incluso de recurrir a la violencia si la si tuación lo requiere", si bien una alta fuente policial, que pidió el anonimato, replicó que la policía no tenía intención de tomar la ciudad por la fuerza porque habría una matanza.Los asaltantes erigieron ayer monumentos religiosos con guirnaldas y otros adornos en torno a las imágenes del legendario dios guerrero Rama rescatadas de entre las ruinas de la vieja mezquita en desuso. Los fanáticos comenzaron a construir un pequeño templo en tomo a las estatuas con el fin de convertirlo en el gran templo de Rama en el país.
Ayodhya vivió una intensa noche de violencia de domíngo a lunes, provocado por los miles de enfervorizados hindúes que celebraban la destrucción de la mezquita, foco de una intensa campaña política y de enfrentamientos entre musulmanes e hindúes que en los tres últimos años han causado centenares de muertos. La campaña política contra el templo ha estado dirigida por el Bharatiya Janata Party (BJP), un partido confesional hindú que, al amparo de la larga disputa sobre la mezquita, ha pasado de oscuro grupo a segunda fuerza política del país.
Las reacciones a los enfrentamientos religiosos se extendieron ayer a otro países. Así, mientras las autoridades de Irán condenaban la demolición de la mezquita, el Gobierno de Pakistán convocó una jornada de protesta pacífica para hoy en repulsa por los incidentes.
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