Desconfianza excesiva

La evolución del mercado de valores en esta última sesión indica la existencia de una enorme desconfianza entre los inversores españoles. Las cotizaciones deambularon sin rumbo fijo a lo largo de toda la mañana ante la ausencia de criterios en que apoyar cualquier iniciativa, lo cual se tradujo, en un discreto goteo a la baja. El volumen negociado encajaba a la perfección con el alto grado de desorientación inversora y sólo tres aplicaciones -dos sobre la corporación Banesto y otra sobre Ebro Agrícolas- acercaban la contratación a un nivel discreto. La Bolsa española vive estos días bajo el síndrome de la desconfianza, en primer lugar hacia el ambiente socio económico y en segundo por el convencimiento de que todo puede empeorar a corto plazo. En este sentido, la publicación del IPC de abril continúa viéndose como una barrera casi infranqueable.Tuvo que ser una, apertura muy positiva de la Bolsa, de Nueva York en Wall Street la que animara algo la última hora de sesión en el mercado español, aunque no hasta el punto de cambiar con fuerza la orientación del índice. El Dow Jones subió casi 30 puntos en la primera hora de mercado, intentando demostrar que los recientes, problemas ya están asumidos, y Madrid pasó de perder 86 centésimas a ganar 32 en el momento del cierre.