Ricardo Larraín: "La película 'La frontera', es un símbolo de la búsqueda del consenso en Chile"

"Cuando Dios creó el mundo le sobró de todo un poquito y lo tiró a un rincón. Así, según cuenta la leyenda, nació Chile", afirma el cineasta Ricardo Larraín. Su película La frontera, que ha sido realizada en coproducción con España, se ha convertido en el fenómeno cinematográfico del año pasado en Chile, y ahora, tras el reciente Oso de Plata en el festival de Berlín, acaba de ganar el Premio Goya a la mejor película de habla hispana. La frontera, según Larraín, "es un símbolo de la búsqueda del consenso de la sociedad chilena".

Cómo descubrir que los derechos humanos son inviolables aun en el último lugar humano del mundo es el mensaje que transmite La frontera. Pero no en tono panfletario, o sea, con consignas, sino a través del viaje iniciático de un profesor desterrado, en la etapa final de la dictadura de Pinochet, a una región -llamada La Frontera, delimitado por el río Bío-Bío- que realmente parece el fin del mundo."A pesar de la apariencia rural de esta película", afirma su director, "yo diría que es posmodernista chilena, porque pone en juego los mitos antiguos y contemporáneos del alma chilena. Más que reflejar cómo ha hundido la dictadura de Pinochet a Chile, lo que cuenta La frontera es que, realmente, los chilenos tenemos el sentimiento patrio de que vivimos en el fin del mundo y la búsqueda de nuestras raíces".

La frontera ha costado 70 millones de pesetas, un presupuesto de lujo para el cine chileno, cuya producción fue el año pasado de siete películas y, según Larraín, durante la dictadura de Pinochet no superó la cifra total de cinco. Televisión Española y la productora de Víctor Manuel han sido los coproductores españoles.