Amarga joya
Leí con satisfacción el reportaje de Ricardo Cantalapiedra publicado en El País Semanal del día 24 de noviembre con el título La secreta vida de las palabras, en uno de cuyos apartes se citan, en tono elogioso, algunas de mis definiciones publicadas en el crucigrama diario de La Vanguardia.Pero me causó una gran sorpresa ver que, a continuación, de las cinco definiciones atribuidas a Parvus tres de ellas, "está loco" (ama), "carencia de tortas y galletas" (paz) y "mucha gente no soporta la amargura de su soledad" (café), eran mías.
Y cuando digo mías quiero decir que, sin haberlas leído antes en ningún otro autor, las he usado, y más de una vez, y pienso seguir usándolas (téngase en cuenta que 2.000 crucigramas representan 150.000 definiciones y que las repeticiones, sin ser deseables, son prácticamente inevitables).
La informatización de mi archivo es muy reciente y de momento sólo abarca los últimos meses, por lo cual me resultaría muy laborioso encontrar cuándo he usado las dos primeras (ama y paz).
Pero por lo que respecta a la tercera definición (café), esa que el autor del reportaje califica de joya, recuerdo perfectamente cuándo se me ocurrió, pues atravesaba una época de indudable soledad y considerable amargura. Fue publicada por primera vez en el crucigrama de La Vanguardia el 6 de agosto de 1987.
No sé si nos encontramos ante un caso de error de transcripción, ante un caso de plagio (alguien dijo acertadamente que el plagio es la más sincera de las lisonjas) o ante un caso de extraña telepatía entre dos personas que no se conocen y viven a 600 kilómetros de distancia.- Jordi Fortuny Boladeras.
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