"El tiempo juega en contra del FIS"
"El FIS se encuentra ahora en un situación difícil. Tiene que reaccionar contra lo que hemos hecho. El partido debe mostrar sus cartas. Si muestra su mano y es una mano violenta, corre el riesgo de ser prohibido. Si no hace nada, perderá apoyo. Entre las elecciones locales y los comicios legislativos de diciembre pasado el FIS perdió 1,3 millones de votos. El tiempo juega en su contra". Con una sonrisa victoriosa, el alto funcionario del Gobierno argelino repasa los actuales acontecimientos políticos en el país magrebí."Tenemos una responsabilidad para las generaciones futuras. ¿Cómo podemos permitir que esta gente destruya las raíces de nuestra democracia?". Cuando se le sugiere que el Frente Islámico de Salvación (FIS) cometió el error de ganar unas elecciones perfectamente democráticas, el funcionario responde: "Sí, pero no es tan sencillo". El presidente Chadli Benyedid se equivocó. Después de 1988 debía comenzar en Argelia un periodo de preparación para la democracia en el que el Frente de Liberación Nacional (FLN) se habría convertido en un símbolo histórico, mientras los partidos se organizaban y discutían el futuro. El FIS habría sido uno más de estos partidos. "La gente se sorprendió cuando el presidente Chadli decidió abrir la puerta a los partidos sin una preparación previa. Chadli temía la democracia y, quizá, pensó que podría permanecer en la presidencia si daba entrada a los partidos. No esperaba que el movimiento islámico consiguiera la mayoría tan pronto. El reparto del poder era la clave del juego. Chadli creía que el FIS obtendría sólo entre el 40% y el 45% de los votos. Era una apuesta muy peligrosa".
Según el funcionario argelino, Benyedid "comprendió que no podría impedir un Estado islámico si se celebraba la segunda vuelta de los comicios". "El FIS exigía una república islámica y un califato que nos haría retroceder al siglo XVIII", concluyó.
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