Haití
En Haití se ha producido hace muy pocas semanas un golpe de Estado. Es éste uno de los países más pobres del mundo, como indican sus altísimos índices de mortalidad infantil (117 por 1.000 entre 1985 y 1990), analfabetismo (62,4% en 1985) y su insignificante producto interior bruto por habitante (380 dólares en 1988), Ahora, las calles de la isla cuentan, además de la miseria y la muerte, con un, nuevo dueño: los militares.A muchos lectores españoles nos sorprende que para la prensa de este país los acontecimientos de Haití (como los de tantos otros lugares míseros y desamparados del mundo) apenas ocupen la primera plana de una edición, para pasar en muy pocos días a los espacios menos nobles de las páginas de las secciones de Internacional y desaparecer por completo en prácticamente una semana. Sin embargo, Cuba, país en el que afortunadamente no existe ninguna similitud política ni social con Haití (recordemos: 115 por 1.000 de mortalidad infantil en 1989, 3,8% de analfabetismo en 1981 y 1.185 dólares de producto material neto por habitante en 1987), sigue siendo la gran obsesión de los medios de comunicación, empeñados en una campaña de redención política profundamente ideologizada.
¿Es necesario que el derrocado Gobiemo de Aristide, presidente legítimo de Haití, contrate a una agencia de publicidad madrileña, siguiendo el modelo de los exiliados cubanos, para que nuestros periódicos descubran el dolor de ese pueblo, abandonado y martirizado? ¿Tendremos que esperar los lectores a que los capitales de la emigración haitiana subvencionen campañas de sensibilización de la opinión pública española para que esta isla vuelva a aparecer en las primeras páginas de los periódicos tomando también como modelo a los grandes narcotraficantes cubanos que operan en Miami? ¿Qué queda hoy de aquella prensa que durante los primeros años de la transición española dio un ejemplo al mundo de compromiso, independencia y honradez profesional, por encima de los intereses políticos, empresariales y crematísticos del momento?- Isaac González.-
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