Vergüenza en Carmona

El pasado sábado 6 de abril me personé en la necrópolis de Carinona para comprar diapositivas e ilustrar así la enseñanza de algunos aspectos sobre la civilización romana a mis alumnos.El encargado del recinto funerario me informó que no había diapositivas ni tarjetas postales ni tan siquiera folletos explicativos. En tiempos, comentó, editaron una tira de postales (en blanco y negro), y un particular suministraba diapositivas que él mismo tomaba.

Ante mi asombro por la falta de material, el conserje-guía del conjunto arqueológico condujo mi mirada, desde la altura que dornina la necrópolis, hacia lugares que él me señalaba para que cayera en la cuenta de males mayores que el vacío informativo.

1. Hacía 17 meses que un gran pino se desplomó sobre una de las pocas tumbas que conservan pinturas en su Interior, y ¡aún continuaba en su postura horizontal impidiendo el acceso!

2. En la magnífica sepultura de Servilia hacía meses que un muro se derrumbó. Ha pasado el tiempo y sigue sin repararse.

3. La vegetación salvaje crecía por todos lados...

Salí del maravilloso monumento lleno de rabia, vergüenza y pena. De rabia porque es inadmisible que a estas alturas un conjunto arqueológico de esta magnitud no disponga de material gráfico; de vergüenza porque la imagen de abandono que muestra es signo de la desidia en que -parece- hemos caído todos, desde los altos y responsables cargos hasta los ciudadanos de a pie; vergüenza, asimismo, por esos millones que se pierden sin saber cómo y luego no hay presupuesto para necesidades como ésta; de pena porque, de seguir así, las futuras generaciones van a recibir muy maltratado -si es que les llega- ese tan cacareado patrimonio.

Aprovecho la oportunidad que me brinda su periódico para preguntar al personaje, institución o entidad comúnmente denominado quien corresponda:

1. ¿Hasta cuándo habremos de soportar la desidia en la conservación de nuestros monumentos?

[PP] Pasa a la página siguiente

Viene de la página anterior

2. ¿Cuántas iglesias, ermitas, palacios, etcétera, más habrán de ser pasto de las llamas (reciente incendio en la iglesia del convento de Nuestra Señora de los Reyes), objeto de expolio y ruina (denuncia a través del diario Abc del lamentable estado de la ermita del cortijo de Gelo) para que se tome conciencia de que, aunque sólo sea por dinero, es mejor conservar y restaurar en su momento que dejar pasar el tiempo, con sus nefastos e irreversibles estragos, y tener que rehacer de nuevo todo lo que se ha perdido?- Profesor de EGB.