Un discreto papel

El mercado de valores madrileño vivió ayer una nueva jornada de realizaciones, en un contexto de irregularidad y cierta apatía, evidente desde mitad de semana. El dinero no muestra la misma decisión que días atrás y la falta de estímulos ha empujado las cotizaciones hacia la pendiente. Sin brusquedades, si se exceptúa la sesión del jueves, la bolsa ha culminado con síntomas de agotamiento una semana marcada por el desencanto que supuso el mantenimiento de los tipos de interés por parte del Banco de España. El dato más esperado ahora es el IPC de marzo. Las previsiones no ayudan prescisamente a mejorar el fondo del mercado.En el parqué, no obstante, se da por seguro que la gran inversión no tardará en hacer acto de presencia. Los precios, muy ajustados al término del primer trimestre, pueden situarse en breve en niveles interesantes. Con más volumen de negocio, las eléctricas siguen siendo un polo de atracción importante. Sevillana y Unión Fenosa volvieron a superar el millón de títulos negociados.

Los recortes afectaron sobre todo a las constructoras, las sociedades de inversión y los bancos. El grupo químico, castigado por el papel durante la mayor parte de las sesiones, asi como el de alimentación consiguieron finalizar la jornada con discretísimas alzas.