Bush propone a Irak buscar conjuntamente una solución pacífica

La crisis del Golfo cobró ayer un giro inesperado y en cierto modo contradictorio con el ultimátum lanzado la víspera por el Consejo de Seguridad de la ONU contra Irak. El presidente estadounidense, George Bush, sorprendió a su auditorio al proponer en conferencia de prensa que Irak y Estados Unidos entablen negociaciones, a través de sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, para buscar una salida pacífica al conflicto creado tras la invasión iraquí, en agosto pasado, del emirato de Kuwait.

La propuesta de Bush hizo subir inmediatamente la Bolsa neoyorquina, mientras el precio del barril de petróleo caía más de cuatrodólares en el mercado estadounidense. El presidente de EE UU invitó a viajar a Washington al responsable de la diplomacia iraquí, Tarek Aziz, y anunció su intención de enviar a Bagdad al secretario de Estado, James Baker, para entrevistarse con el presidente Sadam Husein. Irak, cauteloso, dijo anoche que "no habrá una respuesta oficial hasta mañana" (por hoy, sábado). El portavoz iraquí precisó que el Gobierno de Sadam Husein estudia detenidamente la iniciativa de la Casa Blanca.

Bagdad calificó previamente de "ilegal e inválida" la resolución 678 adoptada el jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se emplaza a Irak a retirar sus tropas de Kuwait antes del 15 de enero próximo o a atenerse, de lo contrario, a las consecuencias de una acción militar multinacional.

El Gobierno español expresó ayer su pleno respaldo a la resolución 678, la undécima que aprueba el Consejo de Seguridad desde la invasión del emirato, por entender que "supone un último recurso para presionar a Irak y agotar la vía pacifica".

El acuerdo del Consejo de Seguridad constituye "una pausa de buena voluntad", en opinión del ministro español de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. La crisis del Golfo será analizada el lunes por Felipe González junto con los portavoces de los grupos parlamentarios.

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