La mayor parte sigue en pie
Algo de razón tenía el hoy enfermo y procesado Erich Honecker, cuando aseguraba arrogante que el "muro defensivo anticapitalista" duraría 100 años. Honecker, lo sabía bien, ya que él, personalmente, fue el encargado en 1962 de su construcción y supervisó las mejoras que se fueron añadiendo durante los 28 años en que permaneció en pie.Un año después de que dejara de cumplir su función, la ma yor parte de los 172 kilómetros de cemento armado siguen en pie, pese a que desde hace meses cientos de antiguos guardias fronterizos, dirigidos por los que fueran sus oficiales, se encargan de su demolición.
Aunque para los turistas que visitan Berlín en busca de un trozo de historia para llevarse a casa, puede parecer que el muro ha desaparecido, lo cierto es que más de un 70% sigue en pie. Tan sólo en la parte que transcurría por el centro de la ciudad dividida resulta a veces difícil encontrar rastros de este trágico monumento. Pero un poco más allá, en el perímetro que separaba a Berlín Occidental del territorio de la República Democrática Alemana, la muralla de cemento armado permanece en su sitio y otro tanto sucede con las instalaciones de los 1.356 kilómetros la frontera fortificada entre los dos Estados alemanes.
Antes de las Navidades, aseguran las autoridades berlinesas, habrá desaparecido completamente el muro que dividía a las dos partes de la ciudad, pero deberá pasar un año más antes de que las grúas y excavadoras desmantelen el resto. Pese a que ya se han asfaltado muchos trozos de calles que conectan a las dos partes de la ciudad, pasar del Este al Oeste sigue significando enfrentarse a un considerable atasco que, en tiempo real, viene a ser el mismo que se tardaba en enfrentarse a la maquinaria aduanera del antiguo régimen.
Los berlineses hacen gala de gran paciencia, pero una encuesta fantasma asegura que más de la mitad de los ciudadanos de la parte occidental querrían levantar de nuevo el muro.
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