Altos intereses en Helsinki

(...) La invasión de Kuwait el mes pasado fue profundamente embarazosa para Mijaíl Gorbachov (...). Para mantener su reputación, el líder soviético respaldó rápidamente las sanciones económicas impuestas por la ONU a Irak. Pero fue mucho más lento en apoyar la posterior resolución 665 de la ONU, que autorizaba el uso de la fuerza para respaldar las sanciones. Esta indecisión parece haber animado al presidente George Bush a proponer la reunión que se celebrará el sábado en Helsinki.Ahora Pravda advierte de que esa misnia distensión puede ser puesta en peligro por un ataque americano a Irak. Evidentemente, Gorbachov teme que un conflicto armado pueda llevar a los americanos a establecer una forma de hegemonía en una región no lejana de la URSS, y que tal resultado podría, dado el odio general déel mundo árabe a la intervención extranjera crear una profunda inestabilidad en toda la región (...). Gorbachov debe tomar una decisión. No puede esperar apoyo occidental para su política interior si se retira del consenso general existente sobre Sadam. Y la actitud americana hacia la URSS se tornaría más dura si, en el caso de una guerra dirigida por EE UU contra Irak, la URSS se mantuviera aparte y capitalizase el odio árabe que tal conflicto podría levantar. Tanto para Gorbachov como para las relaciones Este-Oeste, las metas son, por tanto, altas en Helsinki.

4 de septiembre