Los socialdemócratas portugueses renuevan su confianza en Cavaco Silva

El congreso nacional del Partido Socialdemócrata portugúes (PSD), reunido en Lisboa este fin de semana, reeligió como presidente al primer ministro Anibal Cavaco Silva y aprobó, por 482 votos a favor, dos en contra dos y 24 abstenciones, la orientación política de la actual dirección. Ésta tiene como lema "continuar el progreso, construir el futuro" y que constituye una especie de moción de confianza a favor del Gobierno de Cavaco.Desorientados por los malos resultados electorales de 1989, asustados por la perspectiva de perder la mayoría absoluta en los comicios legislativos de 1991, los socialdemócratas, sin embargo, no perdonan a Cavaco el desgaste de cuatro años de poder y le recuerdan que en política no hay gratitud: del líder del partido se espera, en primer lugar, garantías sobre las victorias futuras, o, por lo menos, que transmita entusiasmo y "ámino de victoria" de cara a las próximas batallas.

A pesar de ello, la moción presentada por la influyente Federación de Lisboa Oeste, la más crítica y la que abogaba por un giro hacia la derecha y un cambio de liderazgo, no obtuvo más que 50 votos a favor, ocho en contra y 448 abstenciones.

Por primera vez desde el congreso de Figueira da Foz, en 1985, cuando Cavaco Silva se hizo con un partido en crisis profunda para llevarlo al poder en 1987, con "la mayor mayoría de siempre", el primer ministro experimentó hasta qué punto puede ser cruel para quien perdió el carisma de triunfador la más popular y populista de las forniaciones políticas portuguesas.

Cavaco no escuchó las enormes ovaciones que, en los congresos anteriores, saludaban sus apariciones y los únicos oradores que despertaron el entusiasmo del público fueron los que criticaron, más o menos duramente, la "apagada y vil tristeza" que se apoderó del PSD bajo la dirección de los tecnócratas que dedican su atención a gobernar el país y muy poca a los "estados de ánimo de los militantes de a pie".