Casi todos

Compañeros poetas: me entero de que algo ha sucedido allá en San Sebastián. Me entero de que uno de los nuestros ha estado pasándolo dificil. Perdonad la imprecisión, pero sólo he sabido que uno de nosotros estaba algo así como en apuros. Con esto es suficiente. Y me llena de alegri.a saber que en Anocta han estado Luis Eduardo y Paco Ibáñez, que Lluís Llach y Xabier Lete, y también Lourdes Iriondo, que Gorka KnÓrr y Elisa Serna, y Sabina, y también Pablo Guerrero. Y es mucha la alegría al enterarme de que Joan Manuel y Labordeta, que Antón Valverde y Luis Pastor, que también Xabier Ribalta, y Ana, y Víctor, y Ordorika. Y qué decir de Amaya y de Morente, de Pl de la Serra y Javier Krahe.Y eso sin citar a todos los demás, y a Urko y Moustaki, y Xoxe Marieta Mikel. Me entero, en fin, que Arioeta fue un clamor de solidarios, que de un modo o de otro allí estuvo todo el mundo. Bueno.... casi todo. Y es ahí donde me duele: que sólo estuvieran casi todos.

No puedo creer que tú, Renito Lertxundi, no acudieras el prirnero.

Y qué decir de tu silencio, Mike Laboa. No te figuras cómo hiere. Y cómo imaginar que vosotros, los Oskorri, no llevarais vuestra luz. donde tanta falta hacía.

Y otros nombres, hay algunos otros nombres, pocos, que mejor no pronunciar. Compañeros tan ausentes: la verdad, me cuesta mucho -mucho- creer que no estuvierais donde teníais que estar. Porque es completamente cierto que esa noche había que estar exactamente allí. De uno u otro modo, pero allí.

Hubiera bastado un telegrama, una llamada, apenas dos pa[abras: "Imanol, un abrazo"`.

Pero yo me resisto a aceptar ciertas ausencias. Decidme que no es cierto, que estoy mal informado. Decidme que también vosotros estuvisteis de algún modo, que la noche de Anoeta todos fuimos Imanol. Gracias. Muchas gracias.-