Buena ración de Miller y Godard

Jean-Luc Godard y el australiano George Miller son hoy quienes mayores placeres procurarán al insaciable apetito del aficionado; desgraciada mente no puede decirse lo mismo de John Huston, pues Evasión o victoria, la aventura futbolística protagonizada por oficiales alemanes y prisioneros de un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial -con estrellas del balompié como Bobby Moore o Pelé, éste autor de un antológico gol-, es un filme ameno y sumamente entretenido, pero que en ningún momento da la medida de su autor, que se li mitó a una aplicada puesta en escena, por así decirlo, clásica, y poco más, o nada más.De George Miller tenemos la segunda entrega de la saga de Mad Max -hasta el momento ha completado tres capítulos-, bautizada El guerrero de la carretera. Como sucede con cualquier alegoría , su propósito es rizar el rizo, ofrecer mayor espectáculo y exhibir ferocidad en todos sus planos. Si en el primer título madmaxiano podíamos hallar todavía algo que se asemejara a nuestro mundo, aquí ya no quedan restos de nuestra civilización. ¿Cómo lo ha logrado George Miller? De una forma absolutamente sencilla: una tercera guerra mundial ha arrasado nuestro planeta, y los escasos supervivientes recorren los desiertos a la búsqueda del elemento más preciado, la gasolina con que poder alimentar unos increíbles vehículos.El hombre ha sufrido un retroceso en sus vestimentas -lo punk y lo prehistórico se dan un apretón de manos- y en sus armas -un bumerán deviene un artilugio peligrosísimo-, pero también un incremento considerable de la violencia en su comportamiento.

No obstante la película continúa evidenciando un alto nivel narrativo, un montaje de hierro, una brillantísima mezcla de cómic y western, con trepidantes escenas de acción como la última, una antológica persecución que ha de mencionarse en cualquier historia.

Y de Jean-Luc Godard se ofrece esta madrugada, El detective, un canto de amor al cine negro -y a John Cassavetes, Edgar G. Ulmer y Clint Eastwood, el extraño triunvirato a quien dedica la película- en el que Godard pulveriza todos sus signos para volver a una estructura parecida a la que 20 años antes utilizara en Pierrot le fou.

Muchas citas

El detective es una película con muchas citas, mucho diálogo, mucha música -y un extraordinario uso del estéreo, algo que lamentablemente no podremos apreciar esta madrugada- y mucha frialdad. El detective, como ocurre siempre en la filmografía de este autor, contiene a su vez múltiples detalles sobre el ser humano actual y su sociedad, que es suciedad.