Castidad, medicina y prostitución

El musical de este domingo es Sonrisas y lágrimas, uno de los grandes éxitos de los años sesenta, la década de la decadencia del género, y una película de innegable encanto, en su momento, soberanamente machacado la crítica. La crítica de esa época, por lo que hace al musical, se decantaba más por la revolución estética del filme West Side Story -dirigida, curiosamente, por el mismo director, Robert Wise- que por lo que a primera vista -y a segunda, y a tercera... - era un caramelo paisajístico, aromático y ramplón, una congregación de castidad, buena moral e infecciones rosas.Pero es que más allá de su sabor endulzado, y aún de la más bien insoportable familia Trapp, existe en el filme lo que en cualquier musical debe existir y, principalmente, prevalecer sobre todo lo demás: la música. Y ahí la cosa es de magisterio. Dos monstruos, Richard Rogers y Oscar Hammerstein II, escribieron y compusieron -previamente, en 1959, para Broadway- las solventes melodías de la obra, algunas de ellas inolvidables. Y Julie Andrews, recién licenciada en Mary Poppins, sirvió como ninguna otra su talento, su voz y su sacarinosa personalidad para el papel principal.

De la virginal institutriz pasamos, en la programación, a la call girl que encarna Jane Fonda en Klute, uno de sus mejores papeles, justamente recompensado con un Oscar. Klute, dirigida en 1970 por Alan J. Pakula, es un angustioso y atmosférico thriller, ejecutado sin concesiones y con una penetrante capacidad en el estudio psicológico de los protagonistas.

El resto de la programación de Televisión Española lo completan Un médico en la familia, célebre y amena comedia británica que habría de dar infinitas secuelas; Pasos largos, filme español de Rafael Moreno Alba -inédito en numerosos puntos de la Península- sobre el tema del bandolerismo en las sierras.