Los sueños del patito feo

Estamos, como en La coleccionista o Pauline en la playa, en hora de estío, en la placidez de una comida en el jardín, un baño entre las olas y el tiempo suspendido, propicio a la tertulia y a los devaneos amorosos. El eje sobre el que gira la noria, cien por cien rohmeriano, parisiense y trivial hasta la médula, es Delphine, patito feo en busca del príncipe azul que nunca llega y ya va siendo hora que llegue.Hay en El rayo verde -esta vez es Julio Verne el aliento que inspira el título-, más que en ninguna otra película de Eric Rohiner, un acento romántico y un optimismo reposando sobre la deshilachada juventud investigada con tenacidad por el cineasta. Ese rayo casi imperceptible que brilla en el horizonte como metáfora de esperanza y de vida y dicha futuras. Un final melancólico y feliz sobre el que reposa una de las películas formalmente más descuidadas -más voluntariamente descuidadas- de Rohmer, rodada en 16 milímetros y luego hinchada a 35, improvisado su guión sobre la marcha y con la colaboración de sus propios actores, que realmente parecen estar pasando su etapa vacacional, desprendidos de la cámara, ligeros, caseros. Es el triunfo del naturalismo en manos del cineasta menos naturalista y más minucioso que quepa imaginar. Su arte es su fluidez, su proverbial transparencia.

[Por otra parte, esta madrugada se emitirá dentro de Estrenos TV el filme Sentencia de vida o muerte, de David Lowell Rich, con Jacqueline Bisset y George C. Scott, y que cuenta los problemas de un reputado juez que descubre que tanto su adolescente hija como su atractiva mujer estan embarazadas.]

El rayo verde, a las 21.35, por TVE-2. Sentencia de vida o muerte, a las 2.00, por TVE1.