Comunicados
Nos habíamos acostumbrado a leer la muerte o la ventura en las cartas caídas sobre el fieltro o en las aguas petrificadas de una bola de cristal. Incluso los mayores escépticos se han dejado llevar algún día por la curiosidad juguetona de las líneas de la mano o han preguntado su futuro en los posos del té o en las entrañas de las bestias. El mañana siempre empieza a engendrarse en los pequeños paisajes que nos rodean hoy. Por eso, el hombre al salir a la calle ha aprendido a mirar las horas en el cielo y la fortuna en un billete capicúa. Cualquier cosa sirve para creernos compañeros del destino y no sus súbditos.Pero esta semana hemos dejado los arcanos y las estrellas arrumbadas en los cajones de lo inútil y nos hemos abalanzado sobre los comunicados. Ya pueden echar el cierre quiromantes y adivinas. El futuro ha dejado de pertenecerles y ahora se ha de leer en las brumosas líneas de un comunicado argelino. Ahí está el secreto de nuestras vidas inciertas: en un quítame allá esa coma o en el debate sobre aquella palabra justa. escrita y disfrazada para sobrevolar la injusticia de las bombas. Los exegetas de ETA dicen conocer el sentido del sinsentido, pretenden extraer esperanza de donde sólo hay violencia verbal y de la otra, incluso son capaces de considerar que "declarar abiertos todos los frentes de lucha" es una frase que forma parte de un comunicado suave. Conociendo la trágica acepción que para los etarras tiene la palabra "lucha", ya podemos ensayar como nueva canción del verano la conocida Suave, que me estás matando. Ésa es también una lectura del futuro.
Esa lejana paz se está demostrando tan frágil que basta la caída de un tintero sobre las frases medidas para que vuelvan a amartillarse las pistolas. Creímos encontrar en las palabras una posibilidad de vivir, pero parece que esas palabras de Argel están armadas con espoletas retardadas. Nuestra vida depende ahora de una coma. Un signo demasiado volátil, apenas una respiración robada, ni siquiera un sonido para creer en nada.
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