Un australiano gana el principal premio literario británico
Peter Carey, novelista australiano nacido en 1943, ha sido el ganador este año del Booker Prize, el más prestigioso premio literario del Reino Unido. Oscar y Lucinda es una historia de amor y humor, juego y aventura, a caballo entre la Inglaterra y la Australia de la segunda mitad del siglo pasado.El fallo del jurado presidido por el antiguo líder laborista Michael Foot no ha hecho sino confirmar las apuestas. Implica 15.000 libras (algo más de tres millones de pesetas) y, sobre todo, grandes ventas tanto ahora, ante la Navidad, como cuando dentro de un año salga la edición de bolsillo.
Oscar y Lucinda tuvo que competir con otros 102 títulos sometidos al criterio del jurado por los editores británicos, a razón de un máximo de tres novelas por editorial.
El fallo de la presente edición, que en su fase final sólo tiene en cuenta seis relatos, ha sido uno de los más rápidamente logrados en los 20 años de la historia del premio. "Todos los jueces están de acuerdo en que este año ha sido uno con extraordinarias contribuciones", dijo Foot al anunciar el ganador. "Esperamos que no haya críticas, pero si las hay, lo que debería hacer la gente es leer los libros por sí misma".
La novela de Carey se centra en el encuentro y vivencias de los dos personajes que dan título a la obra: un sacerdote secularizado y la heredera de una industria de cristalería en Australia, unidos ambos por la pasión por el juego. La novela presenta una profunda y amplia panorámica de la época, sobre todo en Australia, del mismo tenor de la que llenó hace tres años las páginas de Illywhacker, que también llegó a ser finalista del Booker. La presencia de numerosos personajes en esta cuidada reconstrucción de la vida en la Inglaterra victoriana y en las antípodas ha llevado a los críticos a comparar a Carey -escritor que compagina la creación literaria con el trabajo en una agencia -de publicidad- con Charles Dickens.
Entre las novelas finalistas estaba la última de Salman Rushdie, Los versos satánicos, prohibida en la India por presiones de los medios islámicos, que ven en ella "un indecente vilipendio del santo profeta".
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