Hervé Hachuel

A los 11 años rodaba películas de espías con una cámara de juguete. Hoy sus proyectos son mucho más ambiciosos: cine, televisión, publicidad, vídeo, todo lo relacionado con la industria de la imagen. Lo que le apasiona es dirigir, pero trabaja todas las facetas del séptimo arte. Se ha hecho cargo de una empresa de producción y ahora prepara el que será su proyecto bandera: una serie de seis capítulos para televisión y un largometraje basados en el Vellocino de oro, de Robert Graves, con guión de Laura Graves (hija del autor) y Peter Bogdanovich, quien además dirigirá la película.Nació en Chamberí en 1957 de madre francesa y padre argentino y, aunque cumplió su servicio militar en Francia, en la actualidad es español. Estudió en Madrid hasta que a los diecisiete años "en práctica de fervor sionista" pasó un año en un kibutz. "Un poquito defraudado por la realidad del sueño" se fue a California a estudiar cine.

Se matriculó en el Brooks Institute, una escuela práctica con un punto de vista totalmente comercial. "Se evaluaba a los alumnos según sus ventas. Si vendías lo que hacías te daban una A". Allí se familiarizó con cortos y largos, con publicidad y con la necesidad de vender lo producido.

Un año como fotógrafo publicitario y otro de régimen castrense no le desvincularon del cine. Volvió a EE UU, esta vez a la Universidad de Nueva York, para hacer unos cursillos de producción, distribución, comercialización y efectos especiales. Y, para cerrar el ciclo, trabajó un año en la Twentieth Century Fox, donde colaboró en la producción de tres películas.

"En América no se da la leyenda del rodaje que hay en España, donde más que la película se vive ese ambiente en que todo el mundo se quiere. En Estados Unidos nadie se quiere, todos son unos mandados que están haciendo un trabajo. Evidentemente, el resultado es otra cosa."

En otoño de 1983 se incorporó a una productora de la que ahora es accionista mayoritario, y se encontró produciendo ¿Qué he hecho yo para merecer esto? de Pedro Almodóvar. "Almodóvar es una persona que tiene una capacidad de creación desbordante. Trabajar con él fue aterrizar en una cuarta dimensión desconocida."

Ha trabajado también con Jaime Chávarri y con José Luis García Sánchez. De las relaciones entre productor y director comenta: "Por la naturaleza de los trabajos las funciones son totalmente encontradas. Cada uno tira para su casa. Cuando queda un tiro a cada lado es cuando resulta una buena película."

En cierta ocasión Hervé se puso los dos sombreros a la vez, el de director y el de productor, y el resultado, que se llamó Banter, fue un pequeño desastre: "Tenía prisa por dirigir, por saber que era capaz. Me precipité, pero no volverá a pasar".

Hace unos meses creó una división de televisión con intención de producir toda clase de programas, desde dramáticos a informativos, pasando por miniseries culturales. El proyecto exige sumo cuidado y contactos tanto nacionales como internacionales, pero Hervé asegura: "Hemos estudiado el mercado y somos una necesidad para el futuro que viene. Espero que se industrialice el mercado, que haya competencia y que no tengamos que explicar que no somos unos marcianos'.