El año D+1
Como estudiante de último curso de BUP, escribo para dar a conocer una situación que parece ser pasa inadvertida tras un pasado largo año de huelgas: me refiero a la fecha clave de la batalla estudiantil, que no fueron las cargas de la policía en febrero de 1987, sino las de febrero de 1988. que aunque no fuera la policía, sí fueron los mismos profesores. El curso 1987 fue digno de recordar por mis compañeros y yo: ¿se había visto alguna vez dar, en junio, aprobado general a toda una clase y en todas las asignaturas? Por supuesto, el aprobado general es un SF por los pelos.
La verdad es a que este queridísimo instituto, en cuestión de meses, que en su día alcanzó la gloria con la espada y los libros, bien le queda su situación en la zona de San Bernardo, Montera y Dos de Mayo. ¿Fue acaso peor 1987, con pelotas de goma apuntando a bellísimas estudiantes luciendo su inocente arquitectura teen-ager, que este desastroso año, con clases y. grupos y cursos enteros teniendo que llevar nuestros boletines de notas con (al parecer) muy malos resultados? No trato de cargar el muerto al honorable claustro, pero sí la situación actual: si nos consintieron -e incluso apoyaron y aplaudieron- el pasado año protestar por los objetivos planteados, ¿por qué exigirnos estos mismos profesores a toda costa un mínimo de bien para aprobar? Nos exigen a nivel de COU lo que en segundo no oímos ni de pasada.
No es que sea muy larga mi experiencia estudiantil, pero nunca vi un cinismo tan extremo, como el que mantienen algunos profesores en este año de resaca huelguística.
Nuestra clase, que brillaba más por sus notables eternos que por sus bienes inestables, se ha visto abrumada por los frustrantes y simpáticos ceros.
Me gustaría que se investigase a través de estadísticas, ahora que llega mayo con las rebajas, qué ser humano aprueba todas las asignaturas. Según mis informes, en más de cinco institutos de la zona (privados y no privados) la media se sitúa en el 1 % de cada clase. ¿Cómo se llama este juego cruel para los que lo intentamos y no llegamos? ¿Acaso está por encima de la persona un programa que hay que cumplir -absurdo él- explicando a toda máquina? ¿Qué les pasa a esos profesores que siendo fácil la materia nos la hacen ver morada? ¿Cobrarían menos a final de mes si se preocuparan por esos 39 suspensos? ¡Es imposible que no se les haya caído la cara de vergüenza ... ! Pero, claro, es la excusa que siempre se pone: el profesor. ¿Serían ustedes tan amables de comprobar por una sola vez que es cierto?-
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