Japón, pendiente de la intervención quirúrgica de su anciano emperador

Hiro-Hito, emperador de Japón desde 1926, ingresa hoy en un hospital -por primera vez en sus 86 años- para someterse a una intervención quirúrgica motivada por una obstrucción intestinal. La operación, calificada de "sencilla" por los médicos de la casa imperial, consiste en cortar la parte del intestino dañado y sustituirla por un conducto artificial.

Yasuhiro Morioka, director de la universidad de Medicina de Tokio, está al frente del equipo de médicos que operan al 124º Hijo Imperial de los Cielos, de la dinastía más antigua del mundo, que reina ininterrumpidamente desde hace 2.650 años. "Considerando el lugar donde se encuentra el problema, las posibilidades de que sea un tumor maligno son muy pequeñas", dijo ayer Akira Takagi, jefe médico de la casa imperial. Hasta ahora sólo se había estirpado un pequeño tumor en la espalda al emperador, sin necesidad de ingresarle.

Hiro-Hito, venerado como un dios hasta la rendición de Japón en 1946, se ha sentido indispuesto varias veces desde la muerte, en febrero pasado, de su hermano menor, el príncipe Takainatsu. El jefe de la casa imperial, Tomohiko Tomita, dijo que se esperaba que Hiro-Hito delegara temporalmente sus funciones en el príncipe heredero Aki-Hito antes de ser operado.

El emperador tenía previsto visitar a finales de octubre Okinawa, la isla más lejana del archipiélago japonés y ocupada hasta 1972 por EE UU, que sigue conservando una base militar. El viaje, que se presentaba muy controvertido dado el poco respeto de que goza Hiro-Hito en la isla, donde se le acusa de ser el símbolo del militarismo que llevó al país a la desastrosa campaña de la II Guerra Mundial, será posiblemente cancelado.