La 'obediencia debida'

Me siento avergonzado como ser humano y me imagino que comparto esta sensación con muchos otros de mi especie. La causa es la exoneración de culpa de cientos de militares argentinos, con el argumento falaz de la obediencia debida, por los crímenes contra la humanidad que cometieron cuando abandonaron la dignidad de seres humanos conque habían nacido.El precedente sentado es dramático. Me imagino que los juristas se lo habrán pensado bien. De ahora en adelante esa subespecie de la raza humana, llamada homo militaris, podrá volver a matar, torturar, violar, robar y escarnecer, y les será perdonado porque seguramente obrarán por obediencia debida. Ante esto, uno se pregunta: ¿qué se les enseña a los militares en los cuarteles, cuando llegan a ser capaces de las mayores indignidades sólo porque se lo manda un superior? Ni la más degradante de las renuncias al libre albedrío, como es la de los que hacen voto de obediencia, ha llegado nunca a los extremos de ignominia personal a la que llega un torturador uniformado que obra por obediencia debida. ¿Podemos seguir permitiendo que en el seno de nuestra especie humana surja esta subespecie, presente en casi todos los países, que llegado un momento pueda matar, violar, torturar, porque se lo manda un superior?

¿Quién nos garantiza que esto no vuelva a ocurrir, si se sigue enseñando que uno de los valores básicos de los ejércitos son el honor y la obediencia? ¿Qué honor tiene el que torturó, violó y saqueó a seres inocentes (o culpables, que lo mismo da), si al juzgársele por sus crímenes no da la cara, se escuda en la obediencia debida o simplemente niega con cinismo haberlo hecho? ¿Es éste el honor militar? Quiero creer que no. Pero echo en falta voces militares que deploren semejantes excesos. Esto reconfortaría a los millones que no profesamos semejante voto de obediencia. Si en alguna parte del mundo, los profesores (gremio al que me honro en pertenecer) se comportarán de modo indigno, seríamos los primeros en lamentarlo y en dar con palabras y actos un mentís al comportamiento de esos malos profesores. En cambio ¿a qué estamos expuestos los ciudadanos sin uniforme, si un jefe militar opina que "hay que reprimir la subversión"? Pues a que funcione una vez más la obediencia debida, perdiendo el represor su dignidad de ser humano. Los ejemplos son incontables. Pero, ¿se han acabado?...¿Y por qué los argentinos tendrían que ser una excepción?...-