La antítesis de la provocación
Iñaki Gabilondo organiza bien sus programas, titulados un poco equivocadamente En familia.Maneja con soltura a los personajes que tiene invitados y a los que lleva a veces como testigos y comentaristas de esos invitados.
Cuida mucho su propia discreción, como en el último programa, al señalar su discrepancia con unas afirmaciones, pero sin ahondar en ellas, aunque este cuidado se le puede convertir repentinamente en ansiedad (en ese mismo espacio, al reprimir a un personaje que simplemente contestaba a su requerimiento, por miedo a que dijese algo inconveniente o que le fuese reprochado a él).
Este programa del viernes pasado no era típico. Reunió personas que fueron noticia fugaz, principalmente señaladas por el dedo ciego del suceso en un momento determinado; nos mostró su rostro de hoy y los retazos de reportaje de su momento de cruce con el destino, y le dio a todo un interés periodístico.
Sin embargo, se pueden preferir los programas característicos, en los que reúne representantes de algún cuerpo social -institucionalizado o marginado-, les hace hablar con una aparente libertad -aunque en sus preguntas y en su posición personal haya un cierto dirigismo, una manera de captar previamente la respuesta- y requiere los comentarios de espectadores a los que se considera neutrales. Que van siempre a favor de tesis.
Generalmente, la intención social que se apunta en el programa es buena -es decir, conduce a afirmación de libertades, o a mejor conocimiento de segregados, a defender causas mal consideradas- y los resultados son los previstos.
Ejercicio de humildad
Ni por la construcción del decorado, ni por el afán de tener razón, ni por la temible aportación de datos abstractos o de documentos, ni por el tono de voz, pretende nunca aplastar al espectador o tener la razón.Hace un ejercicio de humildad y de sencillez; son dones tan poco frecuentes en este tipo de programas, donde los presentadores prefieren ser ante todo listos y sabihondos, que revelarían una auténtica personalidad si ésta no fuese ya conocida de sobra por sus anteriores actividades de periodismo en la radio y en la televisión.
El aparato de información, documentación y realización que hay tras lo inmediatamente visible funciona con eficacia.
Esta antítesis de la provocación o del espectáculo montado es muy valiosa.
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