Juventud, divino tesoro

Más que figurar como una compañía, esta agrupación es la cantera donde se forman bailarines a la vez que se experimenta en el terreno coreográfico. Da gusto verlos, pues tienen belleza, técnica y unos enormes deseos de hacerlo bien. Lo único objetable es que, siendo personas tan jóvenes, sus condiciones se proyectan sólo en una dirección y en un estilo, que en este caso es el que distingue al Nederlans senior, y acaso la perspectiva profesional de estos chavales adquiera unos parámetros demasiado establecidos de antemano.La calidad de las chicas es superior a la de los chicos, y esto se nota mucho en la primera obra, Dos sonatas, un juego de amor concebido con la frescura de ejercicios bien presentados que llegan a convertirse en ballet gracias al bello decorado y a los imaginativos trajes.

Nomaden es un trabajo de Kylian siempre creativo y tan moderno como el que más. Inspirado en el hombre primitivo australiano, el coreógrafo hace repetir las estructuras a los dos tríos por separado, hombres y mujeres, en un compendio de interesantes movimientos inéditos. Después se vio otra pieza del mismo autor: La catedral Egloutie, difícil y densa, bien pensada, pero con demasiada introversión.

El programa se cerró con Jardi tancat, del valenciano. Nacho Duato, hermosa y sentida remembranza autobiográfica donde aparece por única vez en la noche Sol León, la joven española que se estrena en la compañía holandesa. Ella posee buena línea física y decisión escénica, con lo que puede llegar a buenos resultados en este tipo de creaciones.