Ropa interior

He visto publicada en varias revistas una página de publicidad de una firma comercial de ropa interior masculina. Dicho anuncio, gráficamente, es de un mal gusto espantoso (señor mayor en bragas y sujetador), pero, cuando leí el texto, me sentí realmente indignada.Como aclaración les diré que no pertenezco a ningún colectivo feminista, estoy casada y tengo 27 años.

La verdad es que el texto no tiene desperdicio; se utilizan frases como "mujer al fin y al cabo" -¿es que somos inferiores?- o "cambia de cajón o de mujer" -¿somos como un recambio de bolígrafo, que cuándo va mal lo tiramos y compramos otro?-, además de dar a entender que el despiste es patrimonio femenino,. y que las bragas y sujetadores -extrañas prendas- las ponemos en los cajones de los maridos, y ellos, pobrecitos, se las ponen.

Que las mujeres no debemos tener la responsabilidad de comprar esas prendas tan íntimas, porque de esa forma se evitarán sorpresas, como si fuéramos tan irresponsables que no sabemos lo que hacemos.

A partir de ahora, los hábitos de compra en mi casa no van a variar, es decir, seguirá comprando los calzoncillos y las camisetas el que pueda o disponga de más tiempo, pero esa marca ¡nunca más!

En definitiva, si estos señores -agencia y anunciante- pretendían llamar la atención, lo han conseguido, pero si lo que querían era conseguir mayores ventas, vayan buscando mejores fórmulas. Despreciar a las mujeres no es la solución.-