Bares... y más bares

Salvo que estemos aspirando a figurar en el famoso Libro de los récords de Guiness por la mayor cantidad de bares y tabernas del mundo, creo -y así pensamos miles de personas- que se está incurriendo en una grave responsabilidad con las autorizaciones que la alcaldía de Madrid viene dando para, en contra del parecer de la mayoría de los vecinos de los edificios, autorizar la apertura de bares y más bares, muchas veces uno al lado del otro.Si bien, como ya dijo hace más de un siglo John Stuart Mill, "la única finalidad por la cual el poder puede ser ejercido con pleno derecho sobre miembros de una comunidad civilizada contra su voluntad es la de evitar que perjudique a los demás", creo que la sociedad -en este caso, y en su nombre, la alcaldía-, tiene el deber moral y legal de contribuir a reducir las autorizaciones para la apertura de esos establecimientos, de reducir ese elevado aumento de alcoholismo que, según hemos oído o leído estos días en los medios de comunicación, se ha producido entre jóvenes de 16 a 30 años, y también evitar el triste espectáculo de ver a chicos y chicas de 13 años consumiendo su litrona, rompiendo los envases, etcétera. ¿Cómo? Simplemente, no autorizando esa abusiva e intolerable proliferación de bares, tabernas, etcétera, con lo cual se evitaría que, en cualquier momento, pudieran producirse airadas reacciones de vecinos cansados de soportar tantas molestias y escándalos, lo que pudiera resultar de imprevisibles consecuencias.-