Probeta
No puedo seguir ocultándolo. Soy una niña probeta. Una niña probeta del 43, para ser exactos. Verán lo que sucedió. Mi mamá y mi papá, grandemente debilitados por las hambrunas de la guerra y la post, tenían los órganos genitales hechos un verdadero asco, lo que se dice el aparato reproductor masacrado. Faltos de proteínas y vitaminas, perdidos los estrógenos por las alcantarillas en donde pernoctaban durante los bombardeos, aquella santa pareja que formaban mis futuros progenitores se preguntaba qué hacer para perpetuarse, cómo lograr que en vez de ser dos a pasar gazuza en casa fuéramos tres, redondeando así su sueño dorado de ser una familia destrozada en un país ruinoso.A fuerza de probar y probar a realizar el acto sexual y ver que no pasaba nada, mi papá y mi mamá llegaron a la conclusión de que lo suyo no tenía arreglo y, como ya eran algo talluditos, decidieron pasar a soluciones drásticas. Con ese ingenio que la anemia crónica no hace más que agudizar, con ese talento innato de las clases populares, ellos se pusieron manos a la obra y, con la ayuda de un vecino cinéfilo que había visto varias veces Metropoli, decidieron experimentar. Sus ímprobos esfuerzos, su inventiva, tuvieron el ansiado premio, y un día de una semana de un marzo de un año 43 nací yo.
Mi papá y mi mamá no me dijeron la verdad durante muchos años, temerosos de provocarme un trauma que me convirtiera en joven airada, asesina de autopista, enfermera estranguladora o francotiradora de estadio. Pero llegó el momento, por mi mayoría de edad, en que, viendo mi natural talente comprensivo, no pudieron retener más el secreto de mi origen. Y me contaron que fui engendrada utilizando la leche en polvo que mandaban los yanquis para alimentar a los niños españoles. "La dejamos fermentar en una botella de Anís del Mono durante nueve meses, y naciste tú".
Desde que ha salido a la luz el documento vaticano sé que soy una hija del pecado, y no lo puedo resistir. Espero que esta confesión pública me redima.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Premios de Lotería de Navidad, cuando el delito está muy repartido
Cuánto se cobra por décimo premiado en la Lotería de Navidad: récord de series y un reparto de 3.960 millones
Sociología del azar: Lotería de ‘boomers’, apuestas de ‘zetas’
Voluntarios dan refugio a las abejas polinizadoras solitarias en Ciudad de México
Lo más visto
- Así te hemos contado las elecciones en Extremadura | El PP gana en Extremadura con 29 escaños, pero necesitará para gobernar a un Vox que crece
- Los jueces del Tribunal Penal Internacional se rebelan ante las sanciones de Trump: “No hay que ceder”
- Oona Chaplin: “Le conté a James Cameron que vivía en una cabaña en los árboles y que estaba iniciando un proyecto de permacultura con una amiga”
- Fernando Blasco, matemático: “Ganar el Gordo es más difícil que encontrar un regalo escondido en un asiento del Bernabéu”
- Manuel Bustos acepta seis meses de cárcel por cargar gastos privados a la Federación de Municipios




























































