Los veterinarios aplicarán criterios rigurosos

El equipo de veterinarios de la plaza de Valencia, según uno de sus miembros, se muestra "dispuesto a mantener el listón alto, con criterios rigurosos pero constructivos, en el reconocimiento de las reses". Los veterinarios Ezpeleta, Costa, Rodríguez Obeda y Royo pretenden que salga al redondel un animal serio y con hechuras, que transmita emoción, pues -aseguran- este es el mejor modo de hacer fiesta y afición. Los dos primeros coinciden, sin embargo, en que su dictamen debería influir más en las decisiones finales.El presidente de las corridas, Jacinto Acosta, auxiliado esta feria por los delegados Asensio y Quintero, mantiene desde hace un lustro la máxima responsabilidad en la aplicación del reglamento taurino en el coso valenciano. En su opinión, Valencia no demanda toros inmensos, pero sí que tengan peso y trapío acordes a la condición de plaza de primera categoría, pues el aficionado vibra aquí tanto con el valor y arte de los espadas como con la presencia de los astados. Respecto al reglamento, señala Acosta: "Es válido, en líneas generales, aunque presenta lagunas y aspectos desfasados. Procuro interpretarlo con flexibilidad, en beneficio de la lidia".

El coso de Valencia, propiedad de la Diputación Provincial, no goza de prestigio en los últimos tiempos. Sucesivas adjudicaciones poco afortunadas, el auge de las exclusivas y el bajo rendimiento de casi todas las ganaderías, propiciaron carteles sin atractivo y, en definitiva, la paulatina decadencia de la plaza.

Superados los primeros errores de la autogestión, parece que algo cambia ahora. Según Eduardo Lozano, que junto a sus hermanos José Luis y Pablo, y Manolo Cano, lleva la gestión directa para la Diputación, "se ha hecho un gran esfuerzo para recuperar la categoría que debe ostentar el ruedo levantino", y recuerda que, en la práctica, los carteles de las Fallas del presente año han combinado bien toros y toreros.