"Este año no fue el más feliz de mi vida", dice Maradona

El año 1986, pese a los triunfos con el Nápoles, líder de invierno en la Liga italiana con 20 puntos; al título conseguido en el Mundial de México y a diversos premios internacionales, no fue el más feliz en la vida de Diego Armando Maradona. En el año que pudo haber sido el más gratificante para el futbolista argentino no todo fueron mieles. Así lo recordó ayer él mismo, al término del encuentro Nápoles-Como: "Continúo diciendo que este año no ha sido el más feliz de mi vida".Diego Armando no dijo más, aunque todo el mundo comprende que el caso de la joven napolitana Cristiana Sinagra, que atribuye a Maradona la paternidad del hijo que ella tuvo el pasado mes de octubre, caso que ha llegado hasta los tribunales estos días, pesa sobre su ánimo de forma determinante.

"He debido luchar contra todo y contra todos", ha dicho el pibe, que no ha querido concretar más y se ha remitido al recuento anual que piensa hacer en Buenos Aires este fin de año.

Para 1987, el rey de Mápoles no pide nada en particular: "Creo que el señor Dios me ha dado demasiado. Mi esperanza es sólo la de continuar así, en el fútbol, para hacer feliz a la ciudad de Nápoles".

Maradona despedirá el año deportivo en Europa recibiendo otro laurel: la Pluma de Oro que le concede el príncipe Rainiero de Mónaco.

Hoy, martes, Maradona sale de Italia, desde el aeropuerto romano de Fiumicino, con destino a Buenos Aires, donde pasará la Navidad con Claudia, que dentro de pocos meses le hará padre, y con su familia.