El neozelandés Norman rompe la imbatibilidad del paquistaní Jan

El neozelandés Ross Norman, de 27 años, segundo jugador mundial de squash, logró ayer en Toulouse (Francia) el título de campeón del mundo, pero consiguió, sobre todo, la gran hazaña de romper la imbatibilidad del paquistaní Jahangir Jan, que no perdía un partido desde hace cinco años y medio. Norman, cuatro años mayor que Jan, se impuso tras 112 minutos de juego, en cuatro mangas, por 9-5, 9-7, 7-9 y 9-1. El neozelandés, espléndido de forma física, forzó a su rival a cometer numerosos errores, algo insólito. Jan, que se quejó de la pelota, especial para televisión, y tal vez acusó una lesión sufrida en septiembre, que le dejó un mes de las canchas, sólo encontró recursos para alargar el encuentro al ganar la tercera manga por 9-7, después de una igualada, 7-7. Pero Norman arrolló en la cuarta en sólo 10 minutos.Norman vive en Londres y es soltero. Mide 1,79 metros y pesa habitualmente 70 kilos (Jan, 1,75 y 67). Fue ya finalista en el anterior Campeonato del Mundo, en 1985, donde perdió con Jan, que le había derrotado sistemáticamente hasta seis veces en los dos años anteriores. En el primer Torneo de Madrid, por ejemplo, disputado entre el 26 de febrero y el 2 de marzo pasados, le dejó hacer sólo dos juegos.

Pero Norman, un jugador completo y con gran regularidad, que ya hizo pasar apuros a Jan en 1985, no dio ayer opción a Jan. Hizo su juego, con un dominio de la pista magnífico y obligó a Jan a cometer errores no habituales en él. Éste, de 23 años, que había perdido su último partido ante el australiano Geoff Hunt en la final del torneo Británico en abril de 1981, obtuvo después cinco títulos mundiales y cinco británicos, además de todos los grandes torneos mundiales, con 100 victorias consecutivas.

Tras su derrota, Jan, declaró: "Realmente no la siento todavía, aunque tampoco es el fin del mundo. La pelota, concebida especialmente para televisión, no me convenía y he tenido problemas para controlarla. Norman no tenía nada que perder. En fin, esto me obliga a un nuevo reto: volver a ser campeón".

Norman, por su parte, dijo: "Me había preparado para un partido muy largo y era el que mejor conocía a Jahangir".