Tristeza y resignación en el vestuario español

Una mezcla de tristeza y resignación era la nota dominante entre jugadores y técnicos españoles tras la abultada derrota sufrida ante. Yugoslavia. Para el seleccionador español, Antonio Esteller, la clave de la derrota estuvo en la sequía goleadora en los primeros tres tiempos, que había sido un lastre imposible de superar. Para Cornel Marculescu, director técnico de waterpolo de la federación española, la influencia de los árbitros se había dejado notar, aunque manifestó que prefería no comentar nada porque era muy fácil culpar a los colegiados cuando se perdía.Mariano Moya, portero español, se quejaba de la defensa que había realizado el equipo: "Ha sido una defensa de pena,con errores de principiante, cosa que un equipo de la calidad del yugoslavo no perdona". Para Jordi Signes, la precipitación y el excesivo riesgo con que se afrontaron algunas jugadas habían propiciado los contraataques yugoslavos. Signes recalcó también que los fallos en las ayudas al defensor del hombre-boya habían sido decisivos.

Iberri afirmó que las claves del fracaso habían estado en "el deficiente marcaje del hombre-boya ante hombres tan fuertes y tan técnicos como los yugoslavos". Añadió que la gran diferencia de tiro entre los jugadores yugoslavos y españoles también fue decisiva y que la defensa en zona yugoslava había bloqueado los movimientos de los españoles en el ataque.