'Phone home'

Un enorme letrero que decía "Phone home" (llamad por teléfono) lucía en la parte posterioi de la carroza real que trasladó los recién casados desde el palacio de Buckingham hasta el hospital Real de Chelsea para iniciar, desde allí, su luna de miel.Era la broma que, como a otras tantas parejas, les habían gastado los miembros más jóvenes de sus familias. La propia reina recuperó por unos instantes su juventud para intervenir en la elaboración del cartel y en la decoración del carruaje, adornado con lazos azules y con un invitado especial, un enorme oso de peluche.
La soberana británica incluso rompió el protocolo y corrió como una colegiala tras los novios arrojándoles pétalos. Junto a ella, su hermana Margarita y lady Di sonreían a la vez que maquinaban nuevas bromas.
El príncipe Guillermo, hijo de los príncipes de Gales, paje de los novios, vestido como un gondolero veneciano, se escapó durante algunos segundos de la vigilancia de sus padres y corrió tras el nuevo matrimonio. La reina se dio cuenta y le atrapó en el instante en que la carroza con los recién casados partía hacia Chelsea. Allí, Sarah, vestida con un traje de flores azules, y Andrés subieron a un helicóptero que les llevó al aeropuerto de Heathrow, de donde partieron hacia las islas Azores. Fondeado en el puerto atlántico les aguarda el yate Britannia, cedido por la reina, en el que realizarán un paradisiaco crucero con itinerario por ahora secreto.
Ahora llega para los recién nombrados duques de York, el tiempo del merecido descanso tras las agotadoras jornadas prenupciales. Sarah, tan espontánea y sincera como siempre, declaró en una entrevista emitida horas antes de la ceremonia que lo que más deseaba era que llegara la noche de bodas. Muchas noches de amor les esperan a Sarah y Andrés que, como en todos los cuentos, fueron felices y comieron perdices.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
La crisis humanitaria que la paz total no pudo parar: los ataques y desplazamientos vuelven al Catatumbo
Trump justifica su ataque a Nigeria por la masacre de cristianos, pero las víctimas del yihadismo son de todas las confesiones
Los tasadores hipotecarios se declaran en huelga contra la precariedad de la profesión
El Gobierno actualiza los coeficientes de plusvalía y penaliza las compraventas especulativas de vivienda
Lo más visto
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- Junqueras avisa de que la recaudación del IRPF es “imprescindible” para negociar los presupuestos de Sánchez e Illa
- Timothy Morton, activista: “Estados Unidos es un gigantesco campo de concentración”
- La obsesión de Trump por poner su nombre a todo carece de precedentes en Estados Unidos




























































