Aquino se entrevista en un convento con guerrilleros que han entregado las armas

La presidenta filipina, Corazón Aquino, se entrevistó ayer con un grupo de 168 guerrilleros comunistas que habían entregado las armas. El encuentro tuvo lugar en un convento de las carmelitas, en Davao, en la isla de Mindanao, de fuerte implantación de la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA).

Durante el viaje de la presidenta, el primero que hacía a provincias desde su llegada al poder en febrero, se tomaron extraordinarias medidas de seguridad. En Manila, el jefe del Alto Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Fidel Ramos, puso en estado de alerta a los militares mientras Corazón Aquino esté ausente. Hoy, la presidenta viajará a la provincia de Cebú, en el centro del país.

La presidenta viajó en un coche blindado hasta su encuentro con los guerrilleros, quienes salieron de sus escondites para entregar sus armas, como gesto que ponía fin a sus actividades. Aquino, en un breve discurso, invitó a los asistentes a recurrir al poder del pueblo para superar las dificultades derivadas de la crisis económica filipina.

Los periodistas no fueron autorizados a presenciar la reunión entre la presidenta y los guerrilleros, algunos de los cuales se habían rendido previamente a grupos religiosos de la zona, y otros, a destacamentos militares. La mayoría de ellos daba la impresión de no ser combatientes y ninguno portaba armas en el momento de comparecer a la cita.

El responsable militar de la región, coronel Romeo Recina, dijo que en su encuentro con la presidenta filipina los guerrilleros le habían informado de los motivos por los cuales habían tomado las armas, y que habían invocado sobre todo sus dificultades económicas y los abusos de que habían sido víctimas por parte de las fuerzas de seguridad.