La política de ajuste no ha conseguido todos sus objetivos, según el IEE

El Gobierno socialista ha avanzado en la línea correcta, pero le ha faltado una mayor decisión en algunos aspectos de su política economíca, afirmó ayer Víctor Mendoza, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), durante la presentación de un análisis elaborado por este organismo. El estudio considera que, en los últimos cuatro años, no se ha conseguido plenamente el pretendido ajuste económico, por lo que sería peligroso pensar que ya ha terminado el proceso de saneamiento y que se puede lograr un inmediato crecimiento suficiente sin adoptar cautelas.

Los mayores logros de la política económica socialista, según el IEE, se centran en la lucha contra la inflación -que se ha reducido en seis puntos durante el cuatrienio- y en la balanza de pagos. El estudio, sin embargo, considera que la evolución de los precios en España, obtenido básicamente a través de la contención salarial, no guarda correlación con la inflación del conjunto de la CE, por lo que las diferencias han aumentado: de 4,6 puntos en 1982 se ha pasado a 5 puntos en 1986.

Los mayores fracasos de la política socialista, por otra parte, se centran en el empleo, sector público y crecimiento económico. El paro se ha incrementado en más de 700.000 personas durante la legislatura, lo que supone el 41,1% en términos porcentuales.

Aumento del déficit

El déficit de las administraciones públicas, por su lado, ha crecido de 1,060 -billones de pesetas en 1982 a 1,753 billones en 1985, lo que se ha traducido en un desequilibrio financiero del sector público del 6,2%, en términos de PIB, frente al 5,3% en 1982. Así, la deuda pública ascendió a 11,294 billones de pesetas al finalizar 1985, el 40% del PIB.El bajo ritmo de crecimiento económico, por consiguiente, ha hecho disminuir la renta per cápita de 4.764 dólares en 1982 a 4.350 dólares en 1985, aunque aquí ha influido negativamente el cambio de la paridad de la divisa norteamericana. En cualquier caso, se ha producido un mayor distanciamiento frente a la CE. Medida en pesetas corrientes, la renta per cápita ha aumentado un 40% en ese período; es decir en tomo al incremento del IPC, por lo que no ha existido un aumento real.

El IEE considera también que para acelerar el crecimiento, dentro de un proceso del liberalización económica, es preciso reactivar la demanda privada -la inversión, que sería el motor, y el consumo- sin permitir tensiones inflacionistas. Para ello, hay que conseguir una limitación de los costes empresariales -salariales, financieros, energéticos- y suavizar la presión fiscal.