Las empresas y la virilidad

Como tantas otras veces, las mujeres no sabemos si reír o llorar a la vista de que nadie cree en nosotras. Llevamos siglos -todos los pensables- esperando que no nos excluyan, que no nos marquen, que no nos separen, que no pasen gramaticalmente de nosotras. Y ahora resulta que el Grupo CIRSA, en un alarde prepotente de ignorancia y desafío, declara en letras grandes y pequeñas que "porque creemos en el hombre nos dedicamos a la electrónica". Menos mal que por lo menos no mienten, que no se atreven a decir que lo hacen porque creen en la mujer. ¿Se imaginan si lo hicieran? Por supuesto que no creen ni nos piensan como consumidoras directas de sus productos, ni quieren captarnos como clientas, ni se toman la molestia de no ignorarnos en su vocabulario. Van directamente al grano. Tendrían que hacer un esfuerzo sobrehombruno para actuar de otra manera.Nosotras, las mujeres, estamos hartas de tener que imaginarnos incluidas cuando se habla de los hombres. Realmente hartas, indignadas y furiosas. Nos repatea, nos produce adrenalina y aumenta en nosotras algo así como el sarcasmo. Ellos son ellos, y nosotras, nada tenemos que ver con el sustantivo que los define; quede claro que no estamos ahora reivindicando el neutro como género para hablar de mujeres y hombres ni abo-

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gamos por la duplicidad de términos, femeninos y masculinos, cada vez que haya que hablar del conjunto que somos y en el que, contradictoriamente, somos más nosotras que ellos.

Vaya, sin embargo, nuestra felicitación a una empresa sincera que quiere dejar claro que pasa de nosotras, que no nos hagamos ilusiones, que no pintamos nada, que no se habían acordado de nosotras porque probablemente en el Grupo CIRSA, como en tantos otros, no hay más nosotras que las que limpian y preparan todo lo secundario y ambiental para que discurran ellos.

Una propuesta coherente: anúnciense como empresas con plena virilidad. Vitalidad no viene a cuento- Asociación Feminista de Asturias.