Acababa de venderse la mitad de su imperio

Axel Springer puso a la venta el pasado mes de junio la mitad de su imperio editorial y periodístico y, en el mismo momento en que se pusieron a la venta las acciones nominales en las Bolsas de las principales ciudades alemanas, se embolsó una cantidad que los expertos calcularon en 560 millones de marcos, algo más de 33.000 millones de pesetas.Sin embargo, pese a la gran magnitud de la venta, el zar Springer seguía controlando el 26,1% de las acciones y, por lo tanto, la absoluta gestión empresarial y editorial de la totalidad de las publicaciones. Para que así fuera, la venta se realizó de tal manera que el reparto fuese fraccionado, de modo que se impidió la concentración de influencias entre los nuevos propietarios. Fue el propio Springer quien dirigió directamente las operaciones, ya que, al ser las acciones nominales y vinculantes, se requería la autorización del propietario.

Dos años antes, en 1983, el 24,9% había pasado a la editorial Burda. Springer se encargó de aclarar entonces las razones para la venta, alegando que se trataba de "asegurar la independencia de la empresa, así como una estructura directiva duradera". No se trataba de problemas económicos, ya que, al finalizar el ejercicio del aquel año, el grupo Springer había facturado 2.360 millones de marcos, unos 134.520 millones de pesetas, y declarado beneficios por valor de 36 millones de marcos, más de 2.000 millones de pesetas.