José Caballos, dispuesto a pactar su salida de la dirección del PSOE de Sevilla

José Caballos, secretario provincial del PSOE en Sevilla, cuya salida de tal cargo exige el vicesecretario general del partido, Alfonso Guerra, parece estar dispuesto a abandonar, bajo determinadas condiciones, el puesto, e incluso a adelantar el congreso extraordinario convocado por él mismo para noviembre. Sus condiciones están, al parecer, directamente relacionadas con la composición final de la ejecutiva que salga del próximo congreso.

Según fuentes próximas al todavía secretario provincial del PSOE, éste se mantiene convencido de que podría ganar en un congreso extraordinario al que se llegara en abierta confrontación entre ambos sectores, siempre y cuando Alfonso Guerra no bajara directamente a hacer campaña contra él en las vísperas del mismo; pero una victoria discutida, que le situara frente a un sector del partido y que le hiciera blanco de continuos hostigamientos, ha dejado de interesarle.De acuerdo a estas mismas fuentes, el propio secretario regional y presidente andaluz, Rodríguez de la Borbolla, ha hecho ver a José Caballos cuál podría ser la consecuencia de un congreso desarrollado en un marco conflictivo. José Caballos parece decidido a abandonar, siempre que en la ejecutiva que se acuerde con anterioridad al congreso extraordinario estén presentes sus tesis a través de determinadas personas.

Por otra parte, el pasado sábado se celebró en la localidad sevillana de Carmona una cumbre del partido en la provincia, convocada por el propio José Rodríguez de la Borbolla. La cumbre convocó a todos los secretarios de las agrupaciones locales y alcaldes de la provincia, con escasas y poco significativas ausencias.

En la reunión se puso de relieve por gran parte de los asistentes la necesidad de evitar el enfrentamiento en el congreso, así como el deseo de la mayoría de no tener que definirse ni como guerristas ni como borbollistas.

Igualmente se puso de manifiesto la exigencia de que la solución final del conflicto, que no es otra que una ejecutiva previamente acordada y en cuya secretaría no esté José Caballos (condición irrenunciable para los guerristas), sea negociada con participación de toda la organización, y no sólo de unos pocos.