Una gramática de la fantasía

La corriente renovadora de la literatura infantil y juvenil alemana, iniciada hace tres décadas, ha dado con el transcurrir de los años numerosos autores, en general de calidad, que han abierto puertas que hasta entonces estaban vetadas en las páginas escritas para niños y jóvenes. De la mano de estos escritores aparece el nuevo realismo para jóvenes y su influencia hace que por un lado dejen de existir temas adecuados y no adecuados para niños y que la escritura no vea rebajado su nivel en cuanto a estilo y estética. La literatura es una, independientemente del lector al que vaya dirigida.En este contexto irrumpe con una fuerza inhabitual la literatura fantástica, cuyos orígenes habría que situarlos, más que en los autores alemanes, en el caso de los tibros para niños y jóvenes, en el italiano Gianni Rodari, quien, con su Gramática de la fantasía, ofrece una metodología y una técnica con la que adentrarse en el mundo de la nueva fantasía.

Cristine Nostlinger y Janosch pertenecen ambos a esta corriente, moviéndose en el terreno de la fantasía sin abandonar un nuevo realismo y adentrándose en alguna rara, ocasión en el terreno del realismo mágico. Una literatura fantástica la de ellos, que estaría lejos del autor que más popularmente ha introducido esta tendencia en nuestro país, Michael Ende, con su Historia interminable, en la que no cambia el mundo ni lo transforma, y sólo un personaje tiene acceso al mundo fantástico.