Caso cerrado

La victoria del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) despeja dos elementos de incertidumbre en el panorama político griego: la elección del presidente y la reforma constitucional. La primera, considerada ilegal por Nueva Democracia, iba a ser impugnada, caso de haber ganado la derecha, ante el Consejo de Estado. La segunda está todavía pendiente de una tercera votación en el Parlamento, en la que se necesita la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara. La mayoría del partido del Gobierno cierra el caso.En teoría, Nueva Democracia aún podría armar un poco de ruido respecto a la elección de Christos Sartzetakis como jefe del Estado, que considera ilegal por haberse logrado gracias a un voto conflictivo: el de Yanis Alevras, presidente del anterior Parlamento y presidente de la República tras la dimisión de Constantino Caramanlis, el 10 de marzo. El partido de Constantino Mitsotakis asegura que Alevras no era miembro de la Cámara el 29 de marzo, día de la elección de Sartzetakis.

El caso se convirtió en tema electoral, con un Papandreu acusando a Nueva Democracia de promover el conflicto institucional. Pero, dado que el propio Mitsotakis puso a los electores corno jueces, poco puede hacer ahora, excepto dejar correr el asunto.

En cuanto a la revisión constitucional, su aprobación definitiva será un duro trámite que el nuevo Parlamento despachará apenas se constituya el mes próximo. Si hubiera triunfado la derecha, la situación sería muy peculiar: un Gobierno conservador, con un presidente teóricamente próximo al PASOK (aunque el incorruptible juez del caso 'Zeta' no se deje arrastrar por ningún partidismo) y sin poder utilizar el único mecanismo a su alcance para frenar los poderes de éste simplemente porque fue promovido por el partido rival. ¿Habría terminado Nueva Democracia por votar la propuesta de reforma constitucional aunque sólo fuera para convertir a Sartzetakis en una figura decorativa? La pregunta tenía su interés hace dos días. Ahora es irrelevante.

La reforma se aprobará

También éste es un caso cerrado. La reforma se aprobará y las atribuciones presidenciales serán sustancialmente recortadas. Caramanlis, la víctima más visible de todo este embrollo, ha anunciado que se retira de la vida pública. Pudo hacerlo más discretamente, pero a última hora, cuando el PASOK cerraba su campaña en Atenas ante más de un millón de personas, hizo pública una declaración que constituyó un implícito llamamiento a votar por la derecha. Quizá se dedique ahora a jugar al golf en Glifada y a escribir sus memorias. O tal vez, a sus 78 años, todavía espere a que llegue de nuevo su momento.