Otra feria sin Miura

J. V., Un montón de años hace ya que los legendarios toros de Eduardo Miura no se lidian en Madrid. La afición quiere verlos, y nos consta que la empresa ha hecho lo posible todos los años para adquirir una corrida de este hierro con destino a la Feria de San Isidro. El ganadero se excusa con el argumento de que no tiene toros con el trapío que Madrid exige. Pero está en un error, porque los toros que envía a otras plazas, como Bilbao y Pamplona, tienen trapío más que sobrado para gustar en Madrid. La feria de otoño próxima podría ser buena ocasión para la reaparición de los Miura en Las Ventas.

Quizá en el fondo de la cuestión esté que Miura, como otros ganaderos, recela de la actitud negativa que la afición madrileña pueda tener hacia sus reses; algo absolutamente disparatado, por otra parte, pero que tiene su fundamento. Alguien, desde el propio taurinismo o sus portavoces, ha tenido especial interés en inventar la especie de que el público madrileño sólo admite el toro de 600 kilos y de que está en contra de los ganaderos andaluces. La campaña ha sido tan insistente que los profesionales y aficionados sevillanos dan por absolutamente ciertos estos absurdos.

La realidad es que a la afición madrileña jamás se le ha pasado ni por la imaginación hacer ni decir nada contra los ganaderos andaluces, a muchos de los cuales incluso admira. Y entre éstos se encuentra, por supuesto, Miura. El propietario de la divisa puede tener por seguro que si se lidiaran sus toros en Madrid la afición los juzgaría por el juego que dieran, sin otras motivaciones ocultas.

Una ganadería cimera como Miura, además, no puede permitirse, por el propio historial que le da fama y leyenda, eludir sistemáticamente su comparecencia en la plaza de toros de Madrid, que está considerada como la primera del mundo.