Familias de San Blas habitan viviendas sin muro exterior

Una veintena de familias, domiciliadas en los números 12 y 14 de la calle del Hinojal, en el distrito madrileño de San Blas, vive desde hace dos años sin medianería. El bloque colindante fue derribado para liberar suelo y poder construir nuevas viviendas para realojar a familias de un polígono del barrio. Los vecinos que no vieron derruidas sus viviendas se quedaron con los tabiques de mampostería como única separación del ambiente exterior.

Los dos bloques de la calle del Hinojal, construidos hace más de 20 años por el antiguo Ministerio de la Vivienda, parecen haber sufrido los efectos de un bombardeo. Del edificio que desapareció bajo la excavadora aún permanecen, adosados al siguiente, restos de habitaciones empapeladas con grandes flores y colores chillones."La humedad se ha apoderado de la casa. Tengo que mantener las ventanas abiertas todo el día para que se vaya el olor". Con estas palabras resume su situación María Ángeles Berna, ama de casa, de 39 años, que vive en el barrio desde hace siete y que tiene tres hijos. "Nadie sabe siquiera si nos darán una casa de las que están construyendo", añade la mujer.

"Desde que cortaron el bloque, aquí no hay quien viva. Nos come la humedad", reafirma Begoña, una joven de 21 años que se ocupa de sus hermanos pequeños mientras sus padres venden fruta en un mercado. La habitación que Begoña comparte con su hermana es diminuta. Un armario, una mesilla y la cama llenan todo el espacio.

Ningún vecino pone un clavo en la pared por si se hace un agujero y todos coinciden en que han sido víctimas de una injusticia "porque no se puede llegar con la excavadora, tirar una parte del bloque y no dar una explicación".