El Barcelona también convenció frente al Bayern Munich

En los primeros 45 minutos del partido final del Gamper, el Camp Nou recuperó el bouquet futbolístico que había perdido en los últimos años. Ese bouquet que se deleitó de forma exquisita en la temporada 73-74, cuando Johan Cruyff llegó al Barça. Aquel equipo no sólo ganó la Liga, sino que, además, jugó un fútbol extraordinario de belleza, conjunción, agresividad y eficacia. Tras varios años de aplaudir carreras en solitario por las bandas, despejes; espectaculares, pero ineficaces, y muchas jugadas mediocres, anoche los once jugadores elegidos por el técnico inglés Venables volvieron a elevar el listón de esos aplausos.

Parecía como si Venables, tomando el relevo de aquel equipo que siempre era capaz de ganar por cuatro o cinco goles a los conjuntos modestos que le visitaban, hubiese señalado a sus jugadores antes de salir al campo: "Decíamos ayer...". El Barça de Venables fue tan agresivo, tan pegadizo, como la noche anterior frente al Boca Juniors. Pasó el examen difícil frente al Bayern con una nota cum laude en esa primera parte.

Este Barça se la juega. Apuesta para ganar y, por eso, arriesga. Repitió en la primera parte la presión agobiante que hundió al Boca Juniors y, si los delanteros azulgrana hubieran estado acertados en el remate, el resultado de la primera mitad podría haber sido de cuatro o cinco goles a cero. El Bayern sólo tiró a puerta una vez, aunque fue al larguero. Pero Carrasco ya había marcado. Después se fueron quedaron solos ante el marco alemán Migueli, Calderé, Archibald, Schuster y Rojo.

En el partido de consolación, primero entre argentinos y británicos desde la guerra de las Malvinas, el Boca Juniors derrotó al Aston Villa por 2-0.