Duelo de artillería sobre Beirut entre el ejército y la milicia drusa

Las escaramuzas que enfrentan casi a diario en la sierra libanesa al ejército regular y a la milicia drusa se convirtieron en la noche del domingo al lunes en auténticos duelos de artillería que, por primera vez desde la entrada en vigor, hace mes y medio, del plan de pacificación de Beirut, se extendieron a los suburbios de la capital.

A lo largo de las siete horas de duración del enfrentamiento, en el que hubo que lamentar 12 heridos civiles, fue alcanzado el palacio presidencial de Baabda, en el que no se encontraba el jefe del Estado, Amín Gemayel, ni su familia, pero en el que los proyectiles causaron importantes daños materiales.

Este inesperado recrudecimiento de las hostilidades entre unas fuerzas armadas a las órdenes del Gobierno de Unión Nacional y la milicia drusa, acaudillada por uno de sus ministros, Walid Jumblat, se produce en vísperas de una importante reunión del Consejo de Ministros, en la que deberá ser ordenada la aplicación de un plan de separación de fuerzas en la sierra del, Chuf, cercana a Beirut. El acuerdo no prevé, sin embargo" que las tropas gubernamentales tomen el control de las montañas, actualmente en manos de la mificia que se alinea con el líder druso Walid Jumblat.

Para que no surjan obstáculos de última hora que impidan la puesta en práctica del plan, el régimen sirio, que apadrina la pacificación de Líbano, envió ayer a Beirut a un emisario, el general Mohamed Joli, jefe de los servicios de información de la Fuerza Aérea que, nada más llegar a Beirut, se entrevistó con el presidente Gemayel.

A pesar del incremento de la tensión en Líbano, la Prensa siria no perdió su optimismo, y el diario Al Baas, órgano del partido en el poder en Damasco, estimaba ayer que "la situación allí no es motivo de preocupación".