Flor de pasión

La flor de pasión es una planta, cargada de simbolismo. Procede de Brasil y es una trepadora poco usada en los jardines y en las terrazas, aunque, sabiendo que no ofrece problemas graves de cultivo y que florece generosamente durante el verano, los jardineros aficionados españoles se animen a cultivarla.La pasionaria (Passiflora caerutea) necesita tierra suelta y rica en nutrientes y un espacio suficiente para desarrollarse; en caso de que se mantenga en terraza, habrá que contar con un macetón grande de tierra buena de jardín, enriquecida con un poco de mantillo y mezclada con arena para que quede suelta.

Lo normal es que aguante bien los fríos invernales, excepto si éstos son muy fuertes. De todas formas, hay dos posibles remedios: el primero es colocar a la pasionaria de manera que pueda trepar por un porche o una pared protegida; el segundo es que, en caso de que las ramas o tallos mueran por exceso de frío, se pueden cortar a un palmo del suelo y normalmente rebrotan con mucho vigor. Conviene prever la sujeción inicial de la planta mediante una trama de alambre y clavos, hasta que la planta vaya encontrando puntos de agarre.

Su exposición idónea es una zona en semisombra, en la que el sol ilumine directamente durante varias horas al día; no hay que escatimar los riegos, especialmente en verano, pero se debe ser cauteloso en invierno para no encharcar la tierra, y, finalmente, si el invierno se presenta con muchas heladas, protejer con paja o turba la base de la planta. Con sólo estos cuidados se podrá obtener una planta llamativa, que florecerá en verano y cuyas flores pueden dar que hablar.