El FMI concede un crédito de 400 millones de dólares a Yugoslavia

La concesión el pasado 19 de abril de un crédito de 400 millones de dólares a Yugoslavia por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) constituye el aval que Belgrado necesitaba para tener acceso este año a un total de 3.500 millones de dólares en préstamos internacionales. Sin esos créditos, Yugoslavia tendría que pedir una moratoria en el pago de su deuda.El total de la deuda exterior de Yugoslavia ronda los 21.000 millones de dólares. Para un país de 22 millones de habitantes y un producto social per cápita de unos 3.000 dólares, el fardo de deudas es acuciante y ha impuesto una caída del nivel de vida del 35% desde 1980.

El FMI ha impuesto a Yugoslavia las consabidas duras condiciones monetaristas. Los benéficos tipos de interés -del 30% anual, con una inflación del 60%- tendrán que pasar a ser reales.

Parece inevitable la contracción de la demanda y las inversiones y, por ello, el aumento del paro, ya cifrado en torno al 15%. A instancias del FMI, para primeros de mayo tendrán que ser liberados los precios. Al saberse que todo va a subir enormemente, reina en la población una euforia de acaparamiento. El mercado y sus leyes son en Yugoslavia una realidad mucho más manifiesta que en otros países socialistas, donde las empresas no tienen el margen de autonomía que la autogestión permite.