El nuevo año del Insalud

El director general del Insalud, en la página 30 de EL PAIS del día 30 de enero, sección Tribuna libre, habla de "el caso de las huelgas de hambre del constructor de Zaragoza señor Benavente, a quien no se le pagaban deudas contraídas hace 10 años, es un ejemplo de cuál era la situación".Sin duda, el barullo en el INP-Insalud era indescriptible.

Pero la resolución del caso Benasa no se puede poner como ejemplo de que las cosas hayan mejorado, aunque creo que sí han mejorado en algunos aspectos relacionados con obras.

La terminación de las gestiones que llevaron a la firma de un convenio entre el Insalud y Benasa no es un ejemplo de organización decidida a un buen fin, pues está clara la desgana y la falta de voluntad del Insalud, que fueron vencidas por mi pesadez y tenacidad, con las tres huelgas de hambre, que al Insalud le han salido baratas, y a mí muy caras. No se pagará todo lo que debía pagarse, y quedan importantes temas sin resolver.

Hoy, día 2 de febrero, no tengo noticias de que se hayan pagado por el Insalud los embargos, con carga a Benasa, aunque se estén tramitando, según me dicen.

También llevo varios años esperando se me justifiquen los cargos de la Tesorería de la Seguridad Social, que en 1974 eran de 1,7 millones de pesetas; en 1981 eran de 22 millones; el 4 de mayo de 1983 eran 12,7 millones, ante el Defensor del Pueblo, y 40 días más tarde se convirtieron en 29,2 millones, cantidad que me ha sido retenida.

Como los justificantes no llegan, los he reclamado por vía notarial el 15 de diciembre pasado, hasta ahora sin efecto.

Otro asunto pendiente es la solución de los problemas de las obras de maternidad de Badajoz, ambulatorio de Alcañiz y otros del equipo de Arquitectura Tapia, tantas veces mencionado en Prensa, requerimientos y querella, que no han merecido réplica alguna. Este asunto tiene dos frentes. Uno es el pago de lo adeudado, y otro es la permanencia de estos señores en el Insalud. ¿Cuándo se resolverá este asunto?

En cuanto al contrato firmado entre usted y yo, no es para ponerlo como ejemplo. Después de mis tres huelgas estuve hospitalizado tres veces, y operado en la columna vertebral de un tumor canceroso, y sufro otros no operables. En esas condiciones, arruinado y enfermo, tenía dos opciones: o firmaba lo que el Insalud me proponía, o volvía a empezar.

Y aun así, lo conseguido hay, sin duda, que abonárselo al Defensor del Pueblo, sin cuya decidida actuación no hubiera sido posible la terminación de tan largo y enojoso asunto. La intervención personal de don Joaquín Ruiz-Giménez Cortés logró lo que parecía imposible. /